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Blog Gedeth

Uber, cambios e internacionalización

Internacionalización del sector del taxiEs difícil leer noticias sin tropezar con Uber. Es una empresa que por sí sola representa un máster en comunicación (tiene serios problemas en India, acusaciones de espiar periodistas críticos, se rumorea que quieren usar detectores de mentiras para seleccionar a sus conductores, y su CEO suele estar entre los favoritos para ser criticado). Uber tiene una personalidad muy marcada.

¿Y por qué hablar del Taxi en un blog de comercio exterior e inversiones? Pues porque el Taxi era un sector que hasta hace poco parecía estar a salvo del lado menos amable de las inversiones extranjeras y el comercio internacional.

 

La parte negativa de Uber

No creo que Uber sea tan solo economía colaborativa (es economía pura y dura), o al menos no como se nos pretende vender (particulares que acuerdan trayectos con particulares o compartir gastos). Siempre se objeta la falta de legalidad al modelo de negocio de Uber, pero ¿quién en el comercio exterior no se ha encontrado con legislaciones adversas?

Uber interfiere y jerarquiza demasiado como para estar hablando de particulares que dan servicio a otros particulares desde la tecnología. Uber es un modelo triangular por mucho que la tecnología ofrezca una apariencia de bilateralidad en las transacciones, y de ahí surgen sus problemas legales.

También se puede objetar que Uber es un monopolio en potencia. Seleccionan los conductores, los vehículos tipo, domina la app, la web, las tarifas, las ciudades donde se presta el servicio y las políticas de derechos y obligaciones. Desde Uber se controlan los datos, los custodian y gestionan las condiciones y los cobros. Así visto es paradójico que Uber ataque al sector del taxi aludiendo a su falta de competitividad y de ser un mercado cerrado.

Pensar que Uber no es más que una start-up tecnológica que propone un modelo nuevo de negocio al mundo es una manera romántica y poco realista de ver el problema, aunque algo de eso hay. Uber es una figura tradicional y conocida en las inversiones extranjeras y el comercio exterior: un nuevo competidor que viene a imponer otras soluciones a un mercado que se creía estable.

 

La parte positiva de Uber

Uber es innovador y francamente positivo para la economía a nivel global, dado que aprovecha recursos (a priori ociosos) de manera más eficiente (al convertirlos en empresariales). Y ellos no están solos, hay otros servicios como BlaBlaCar, ZipCar, KickStarter, o hasta prestamos peer-to-peer por poner otros ejemplos de otros sectores.

Hay, al menos, dos grandes áreas en las que Uber es positivo:

  1. A título individual: ha conseguido aportar valor a los usuarios, y no hablo sólo de precio. Su valor aumenta con apuestas como Soptify, compartir taxi, y hasta parece ser que planea entregas de paquetería. Ha revolucionado un servicio clásico.
  2. A título global: va a transformar un sector que era demasiado estático, y puede que la presencia de Uber marque el devenir de la legislación sobre la economía colaborativa.

Esta última parte positiva de Uber (que ellos mismos parecen despreciar amontonando todo tipo de pésimos comunicados que erosionan su marca) tiene tres vertientes clásicas del comercio exterior:

  1. Tiene una ventaja competitiva ausente en el mercado de destino. Uber propone una nueva manera de utilizar recursos de manera más eficiente.
  2. Uber está cambiando un sector que parecía a salvo de la internacionalización, un sector cerrado a nuevos competidores.
  3. La primera reacción del sector es defenderse, pero la segunda reacción debería ser transformarse.

 

Uber y la internacionalización

Primero: la ventaja competitiva en la economía internacional

En primer lugar, Uber y la economía colaborativa nos enseñan que hay muchísimos recursos que se pueden explotar, son recursos económicos latentes. La propuesta de Uber tiene más sentido en términos económicos, ecológicos, tecnológicos y hasta sociales. Ahora bien, Uber debe adaptar su propuesta a la legislación vigente y/o presionar para que ésta se modifique.

– Imagino que cuando eres el líder y te estás jugando un mercado de 40.000 Mill. USD a nivel mundial no te importa que te pongan una multa de 4.000€. La idea es aguantar y presionar hasta que el mercado te permita operar líbremente. 

Si no es Uber será otra empresa, pero el sector ha cambiado, eso es innegable.

 

Segundo: cualquier sector depende de factores internacionales

La entrada en España de Uber representa una realidad habitual del comercio internacional: aparece un nuevo player que o bien crea un sector nuevo vaciando el antiguo, o bien lo transforma de manera traumática. Nada que no aparezca en cualquier manual de comercio exterior.

¿Alguien se imaginaba que el taxi podría internacionalizarse? ¿Se os ocurren otros sectores en los que sin previo aviso haya un vuelco que cambie todo para siempre? ¿Y si ese vuelco viene de otro país que ha sabido crear un tejido económico más dinámico? Esto ha pasado ya en España en muchos sectores: industria, farmacia, juego, servicios, industria, telecos, automoción… La internacionalización y el comercio exterior no tienen sectores escondidos.

 

Tercero: los mercados se transforman o sufren

Con respecto al sector la primera reacción es siempre de rechazo. Pasada esta fase, y pese al evidente conflicto, parece que el sector del Taxi ya está cambiando ante la llegada de un competidor internacional: ha bajado precios, y se está embarcando en proyectos tecnológicos que aporten valor añadido al servicio. Probablemente estos cambios sean insuficientes, pero es el camino.

Con respecto al plano legal Uber ha chocando contra un entramado anquilosado. Esta situación nos ha enseñado que debemos ser más flexibles y que el futuro va por el camino que las nuevas tendencias proponen, pero no necesariamente con Uber ni con sus reglas actuales. Telefonía fija, energía, vuelos, y hasta TV eran sectores rígidos, cómodos y estáticos hasta que se tuvieron que transformar legalmente.

 

¿Qué puede ocurrir ahora?

España quiere ser internacional, quiere vivir de sus exportaciones y de su turismo. España desea tener peso específico a nivel mundial y teje una muy tupida red de convenios internacionales. Toca seguir pensando a nivel global, debemos ser más flexibles y permitir que un sector cambie.

también hay que proteger al sector de si mismo, si se insiste en la idea de que el mundo no ha cambiado. Hoy la economía colaborativa tiene algunas empresas españolas en los rankings de startups como Meneame, Busuu, Fon, Nubelo, Tutellus, etc. La economía colaborativa es una realidad y es necesario regularla para que nuestras empresas y startups tengan oportunidades en otros mercados. La solución al conflicto pasar por convertir este problema en una moderna legislación que nos ofrezca una ventaja competitiva.

Es necesario evitar ser el mercado a ocupar y para ello hay que adelantarse, no esconderse.