Ya en los últimos tiempos se ha hecho notable la necesidad de un modelo económico que garantice un equilibrio justo a nivel social y que además cuente con un impacto limitado sobre el medioambiente.
De esta forma, para alcanzar dicha meta, el término sostenibilidad empresarial está siendo una prioridad en muchos planes de negocio de tanto grandes como pequeñas empresas.
Así, el Pacto Mundial en España es la iniciativa de Naciones Unidas para la sostenibilidad empresarial, y que ya cuenta con más de 1000 empresas asociadas en el país.
La pandemia por la COVID-19 ha acelerado los procesos de cambios sociales, y entre estos, se recalca que las expectativas de los clientes son más altas, de manera que se exige más a las instituciones en términos de retos globales. También es muy importante el papel que se le da a la salud medioambiental hoy en día, ya que, nuestra salud (la humana) depende de la misma.
La definición técnica de sostenibilidad empresarial hace referencia a aquellas empresas que crean valor económico, social y medioambiental a medio y largo plazo para así contribuir al bienestar de las comunidades donde operan (y de paso, para contribuir al bienestar de las generaciones venideras).
Igualmente, las empresas con un desarrollo sostenible no van tras la rentabilidad exclusivamente, sino que a su vez se preocupan por proteger el medioambiente y realizar un reparto más equitativo de las ganancias y recursos.
En suma, las empresas que son fieles a un desarrollo sostenible cuentan con una ventaja competitiva, debido a que los consumidores valoran cada vez más el compromiso de las marcas, y a mayores, esto hace que la empresa consiga a su vez una mejora de la imagen (porque atrae a más inversores y a la larga acabará aumentando la productividad puesto que reduce los costos con medidas de reutilización y ahorro).
