La exportación a emergentes ya es una idea normalizada y convencional en cualquier proceso de internacionalización, que no se considera osada. Hace tiempo que los países BRIC (Brasil, Rusia, India, China) son tenidos en cuenta por cualquier empresa, y el concepto de países emergentes se amplía para incluir a muchos otros mercados lo bastante estables y crecientes, sin importar ya la distancia física ni cultural.
Seguir apuntando en nuestro plan de internacionalización a los países tradicionales es una manera de encerrarse a nuevas oportunidades. Tenemos que saber contemplar destinos diferentes, que desde luego requerirán de estrategias específicas. De entre esos mercados a los que muchas veces obviamos, destacamos Indonesia.
Indonesia tiene todos los ingredientes para ser considerado un mercado clave: enorme tamaño (cuarto país más poblado del mundo), relativa estabilidad política y económica, alto crecimiento (cerca del 6% anual desde 2007), creciente apertura al exterior (ha duplicado sus exportaciones en cinco años), relativamente poco afectado por la crisis global.
Indonesia es la mayor economía del sudeste asiático. Es una nación con más de 300 grupos étnicos, que ha registrado un crecimiento económico impresionante desde la crisis asiática de los noventa. El ingreso nacional bruto per cápita del país ha aumentado constantemente, pasando de 560 dólares en el año 2000 a 3.374 dólares en 2015. Indonesia es la cuarta nación con más población del mundo y la décima en términos de paridad de poder adquisitivo. Se trata de un país emergente de ingresos medios que ha alcanzado importantes cotas de reducción de la pobreza (Desde la mitad en 1999 a cerca del 11% en 2015).
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Todas las fuentes citadas en este post son de: ICEX, Con tu negocio, Crédito y Caución.